En esta ocasión
quiero mostrar un hecho reciente ocurrido en mi país natal, Republica Dominicana.
Me refiero al caso de un joven que por
el, supuesto mandato de Dios, destruyó gran parte del artal de la basílica de Higüey.
Este joven allanó en horario de la
madrugada la basílica y perpetuó la destrucción parcialmente del Altar de la
Virgen de La Altagracia y agregó el obispo Nicanor Peña, que fue una total destrucción
del Presbiterio, la sede del trono de la Virgen, todo lo que está a su
alrededor, como el Árbol del Naranjo, lo arrancó todo y lo tiró por el piso,
rompió la sede donde se sientan los sacerdotes, el podio donde se lee la
Palabra, el área donde se hacen los bautizos, es todo, candelabros, la Bandera
del Vaticano la volvió trizas, bocinas, micrófonos, bueno acabó con todo.
En este
caso que tratamos hoy no queremos ser ni conservadores ni liberales. Solo expondremos nuestra posición al opinar
del asunto. Creemos que Dios puede
hacerlo. Que el es soberano. Creemos también porque lo hemos visto en las
Escritura que Dios ha mandado a destruir altares, ciudades, gentes, naciones,
etc., pero estamos convencido que eso tiempo están en la historia del tiempo de
la ley y no en la gracia. Además que
estoy acontecimientos eran propios del trato del gobierno de Dios con su Pueblo
escogido (Israel). Hoy día podría darse
el caso que Dios decidiera destruir un templo edificado a los dioses y no
solamente sus altares y otros, pero esto no acontecería en una noción gentil. Esto seria posible, si fuera concebible en la nación
de Israel por ser el Pueblo escogido por Dios y apartado para su servio como nación
tanto en lo Religioso, Político, social y en todo los aspecto de la vida de la nación
pactada, y separada como nación santa.
No nos
engañemos hermanos, Dios es soberano, pero esto es lo que coloca al Evangelio
en una posición de duda y reprobación en el día de hoy. Dios nos ha mandado a predicar el evangelio a
toda criatura, el qué crea y se bautice será salvo. Nuestro papel es proclamar el Reino de Dios
por su Palabra. Creo fundamentalmente
que esto se desprende del hecho de que la iglesia de Dios se ha fanatizado en
varios contextos. Uno de ellos: el fanatismo
extremo donde los creyentes individuales están oyendo y accionando el mandato
de Dios independiente de la Iglesia como organización. Viviendo así un sistema anarquista donde no
hay normas ni disciplinas. Entran y
salen a ella (la iglesia) personas que no se educan en el conocimiento de la
Doctrina y normas de la misma. Y por el otro lado, aquellos que empoderados
de un mandato de apoderarse de este sistema; declaran, se apoderan y accionan
dominio terrenal o así profesan de parte de Dios. Digo, creo y sostengo que tanto, el fanatismo
extremo y el liberalismo extremos son perversos y están influyendo en las almas
incautas, que por falta de conocimiento y madurez están siendo arrastrados por
estos grupos a cometer insensatez. Ojos,
hermanos. Cristo nos manda a predicar el
evangelio y nos dice que no es con espada (…no he venido a traer espada…SINO
paz) esto es a los que reciben el mensaje y sigue diciendo (…no he venido a
traer paz NINO espada…) esto es refiriéndose al conflicto producido por el rechazo
del evangelio, pero en ninguna parte nos manda proferir desordenes y conflictos
ni violencia. Este tipo de fanatismo
puede acarrear consecuencias penosas tales como persecuciones a los grupos
religiosos que estén ligados a la iglesia católica. Esto no
lo digo por causa de temor. Mas bien,
llamo a que debemos ser prudentes y conocer nuestras atribuciones y limites al
llevar a cabo nuestras responsabilidades de proclamar el nombre de nuestro
Señor Jesucristo y en vez de humillarlo, honrarlo con nuestras actitudes.
Reitero, para
mi tanto fanáticos y el liberales extremistas, son una vergüenza para el
evangelio. Ocasionando, como citábamos
en publicaciones anteriores casos como el Guyana, waco Texa y otros que
devinieron en perdidas innecesaria por un fanatismo extremos. Estamos regresando a un fanatismo extremo así
como estamos regresando a la persecución de la iglesia. Algunas veces, injusta y deliberada por los
enemigos del evangelio, y otra por provocación de nosotros mismos al dejarnos
influir por estos grupos que, en lugar de ser cristianos (fanáticos y
liberales) realmente están cumpliendo con su servicio al Diablo. Si, al Diablo, vestidos como ángeles de luz.
En conclusión
este joven hoy está desteñido y gran incertidumbre es creado mientras se
investiga el caso. La policía abdica
condiciones violentas en la conducta del joven y no se sabe en que situaciones posteriores
devendrán de esto. Esto es de muchas vergüenzas
para el pueblo de Dios porque hechos así tienden a ser generalizados como
aquellas profecías de destrucciones masivas en el pasado reciente. Aforrémonos a las sagradas escrituras que nos
dicen que en los postreros días vendrían tiempos peligrosos con hombres corruptos
con apariencia de piedad los cuales negarían la eficacia de las mismas con sus
conductas…
JCTurbide
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