jueves, octubre 11, 2012

Fanatismo extremo: destrucción de la basílica de Higüey, Rep. Dom


En esta ocasión quiero mostrar un hecho reciente ocurrido en mi país natal, Republica Dominicana.  Me refiero al caso de un joven que por el, supuesto mandato de Dios, destruyó gran parte del artal de la basílica de Higüey.  Este joven allanó en horario de la madrugada la basílica y perpetuó la destrucción parcialmente del Altar de la Virgen de La Altagracia y agregó el obispo Nicanor Peña, que fue una total destrucción del Presbiterio, la sede del trono de la Virgen, todo lo que está a su alrededor, como el Árbol del Naranjo, lo arrancó todo y lo tiró por el piso, rompió la sede donde se sientan los sacerdotes, el podio donde se lee la Palabra, el área donde se hacen los bautizos, es todo, candelabros, la Bandera del Vaticano la volvió trizas, bocinas, micrófonos, bueno acabó con todo.

En este caso que tratamos hoy no queremos ser ni conservadores ni liberales.  Solo expondremos nuestra posición al opinar del asunto.  Creemos que Dios puede hacerlo.  Que el es soberano.  Creemos también porque lo hemos visto en las Escritura que Dios ha mandado a destruir altares, ciudades, gentes, naciones, etc., pero estamos convencido que eso tiempo están en la historia del tiempo de la ley y no en la gracia.  Además que estoy acontecimientos eran propios del trato del gobierno de Dios con su Pueblo escogido (Israel).  Hoy día podría darse el caso que Dios decidiera destruir un templo edificado a los dioses y no solamente sus altares y otros, pero esto no acontecería en una noción gentil.  Esto seria posible, si fuera concebible en la nación de Israel por ser el Pueblo escogido por Dios y apartado para su servio como nación tanto en lo Religioso, Político, social y en todo los aspecto de la vida de la nación pactada, y separada como nación santa.

No nos engañemos hermanos, Dios es soberano, pero esto es lo que coloca al Evangelio en una posición de duda y reprobación en el día de hoy.  Dios nos ha mandado a predicar el evangelio a toda criatura, el qué crea y se bautice será salvo.  Nuestro papel es proclamar el Reino de Dios por su Palabra.  Creo fundamentalmente que esto se desprende del hecho de que la iglesia de Dios se ha fanatizado en varios contextos.  Uno de ellos: el fanatismo extremo donde los creyentes individuales están oyendo y accionando el mandato de Dios independiente de la Iglesia como organización.  Viviendo así un sistema anarquista donde no hay normas ni disciplinas.  Entran y salen a ella (la iglesia) personas que no se educan en el conocimiento de la Doctrina  y normas de la misma.  Y por el otro lado, aquellos que empoderados de un mandato de apoderarse de este sistema; declaran, se apoderan y accionan dominio terrenal o así profesan de parte de Dios.  Digo, creo y sostengo que tanto, el fanatismo extremo y el liberalismo extremos son perversos y están influyendo en las almas incautas, que por falta de conocimiento y madurez están siendo arrastrados por estos grupos a cometer insensatez.  Ojos, hermanos.  Cristo nos manda a predicar el evangelio y nos dice que no es con espada (…no he venido a traer espada…SINO paz) esto es a los que reciben el mensaje y sigue diciendo (…no he venido a traer paz NINO espada…) esto es refiriéndose al conflicto producido por el rechazo del evangelio, pero en ninguna parte nos manda proferir desordenes y conflictos ni violencia.  Este tipo de fanatismo puede acarrear consecuencias penosas tales como persecuciones a los grupos religiosos que estén ligados a la iglesia católica.   Esto no lo digo por causa de temor.  Mas bien, llamo a que debemos ser prudentes y conocer nuestras atribuciones y limites al llevar a cabo nuestras responsabilidades de proclamar el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en vez de humillarlo, honrarlo con nuestras actitudes.

Reitero, para mi tanto fanáticos y el liberales extremistas, son una vergüenza para el evangelio.  Ocasionando, como citábamos en publicaciones anteriores casos como el Guyana, waco Texa y otros que devinieron en perdidas innecesaria por un fanatismo extremos.   Estamos regresando a un fanatismo extremo así como estamos regresando a la persecución de la iglesia.  Algunas veces, injusta y deliberada por los enemigos del evangelio, y otra por provocación de nosotros mismos al dejarnos influir por estos grupos que, en lugar de ser cristianos (fanáticos y liberales) realmente están cumpliendo con su servicio al Diablo.  Si, al Diablo, vestidos como ángeles de luz.


En conclusión este joven hoy está desteñido y gran incertidumbre es creado mientras se investiga el caso.  La policía abdica condiciones violentas en la conducta del joven y no se sabe en que situaciones posteriores devendrán de esto.  Esto es de muchas vergüenzas para el pueblo de Dios porque hechos así tienden a ser generalizados como aquellas profecías de destrucciones masivas en el pasado reciente.  Aforrémonos a las sagradas escrituras que nos dicen que en los postreros días vendrían tiempos peligrosos con hombres corruptos con apariencia de piedad los cuales negarían la eficacia de las mismas con sus conductas…   

JCTurbide

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